Los restos del carguero espacial no tripulado Progress, que
orbita fuera de control, probablemente caerán al Atlántico el 9 de mayo, por lo
que no hay peligro para la población, según los cálculos realizados por
expertos de Estados Unidos y Rusia.
Si la nave rusa mantiene su trayectoria actual, la mayor
parte de la nave se desintegrará en la atmósfera terrestre. Sin embargo, los
componentes de titanio y acero inoxidable no se fundirán y caerán al Atlántico
el próximo sábado hacia las 19:30 hora española.
La nave fue lanzada el pasado martes desde la estación
espacial de Baikonur pero la nave erró en alcanzar la órbita prevista. Como
consecuencia, la nave viró sobre su eje hacia una órbita equivocada y no lograron
estabilizarla.
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